"Sólo hacen falta dos cosas para escribir: tener algo que decir, y decirlo." Oscar Wilde

domingo, 15 de marzo de 2015

Narrar en primera o en tercera persona

A la hora de narrar una historia, se puede hacer de dos formas: o en primera persona, o en tercera. También se podría narrar en segunda persona, pero ese modo es tan poco usual que lo dejaremos de lado.

Estilos narrativos

Vamos a ver con sencillos ejemplos las diferencias, así como los puntos fuertes de cada estilo:

Primera persona:

«Salí de mi casa aquella mañana temprano, hacía frío... Era un día como cualquier otro, pero uno nunca sabe lo que el destino le tiene deparado. Pasé al lado de aquella chica; nuestras miradas se cruzaron... Mi corazón me susurró al oído y me dijo “¡es ella!”...».


Tercera persona:

«Pedro salió de su casa aquella mañana de marzo, el cielo estaba algo nublado y la temperatura era de 15 grados. La ciudad lucía como cualquier otro día, con ese brillo característico de la mañana y con cierto olor a tierra mojada, ya que había llovido un poco durante el alba. Cuando iba transitando por la calle Rondilla, a la altura del Triángulo, Pedro y María se cruzaron y se miraron durante breves fracciones de segundo. Ella llevaba un abrigo blanco y una fina bufanda; él una chaqueta azul en cuyos bolsillos llevaba metidas sus manos y caminaba con bastante prisa. Algo destelló en la mirada de Pedro, aunque María continuó su camino con indiferencia...».




Pros y contras


Como habéis podido observar, en ambas narraciones se cuenta la misma historia, pero hay notables diferencias. La primera persona es una narración subjetiva, y el narrador es casi siempre el protagonista de la historia. El narrador no lo sabe todo, solo sabe lo que ve, lo que siente y lo que piensa. El punto fuerte es que le da bastante credibilidad a la historia, y el lector puede sentirse identificado y meterse más en el papel.

En la tercera persona, el narrador es ajeno a la historia; él, esa tercera persona objetiva y que todo lo sabe, nos cuenta la historia. Puede darnos mucha más información y muchos más detalles tanto de los paisajes como de los personajes. En cambio, esa frialdad, puede hacerle perder fuerza a la narración si no está magistralmente escrita.

Yo personalmente utilizo la primera persona en muchos relatos cortos, donde los detalles no son tan importantes como los sentimientos o las impresiones subjetivas de los personajes. En cambio, en narraciones más extensas (relatos más largos o novelas, especialmente si hay más de un personaje protagonista) utilizo la tercera persona, ya que me da más opciónes para describir escenarios y para retratar no solo al personaje principal, sino también a los secundarios.

La primera persona tiene mucha fuerza, tanto que mucha gente se piensa que yo soy el protagonista de mis historias. «¿Eso te pasó de verdad?», «¿Así conociste a tu mujer?», y muchas más preguntas de ese tipo he escuchado. ¡No, ja ja! Todas mis historias son de ficción. La tercera persona no genera esa duda, no tiene tanta fuerza, en cambio tiene otras virtudes.

¿Os imagináis El Quijote, El señor de los anillos, Cien años de soledad, Los hermanos Karamazov, Ana Karenina y alguna que otra gran novela repleta de detalles escrita en primera persona? Perderían mucho.

¿Os imagináis también El guardián entre el centeno, El peregrino de las estrellas, La sombra del viento, Crepúsculo y otros grandes narrados en tercera persona? Perderían mucho también.

En fin, hay que saber bien cómo enfocar la narración de un escrito para hacer que gane fuerza, credibilidad y riqueza.

Aimar Rollán

2 comentarios:

  1. Hola. Excelente explicación. Gracias. Escribí unas memorias y la gente me preguntaba por ellas como si fuese mi vida personal y no una historia de ficción en primera persona.

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    1. Sí, suele pasar eso cuando se escribe en primera persona. Saludos!

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