"Sólo hacen falta dos cosas para escribir: tener algo que decir, y decirlo." Oscar Wilde

viernes, 1 de mayo de 2015

Anillo de compromiso


Primero pasó mucho calor, tanto que todo era líquido. Después se enfrió, y eso le produjo más dolor que todo lo anterior, pero nada comparado con todo el peso que caería sobre él después; un peso de millones de toneladas que lo aprisionarían por cantidades inconmensurables de tiempo. Debido a tanto dolor, cayó inconsciente en un sueño tan grande como el tiempo. Esa reclusión, no obstante, lo transformó en un preciado tesoro, el más evolucionado fruto de la tierra, aunque él no fue consciente de ello ni pudo apreciar en qué se había convertido.

Le pareció soñar, eso sí, en un momento indefinido de su existencia, que fue arrancado, tallado, abrillantado, engastado y entregado como presente en un acto amoroso. Aquello último dio sentido a su existencia, ¡aunque fue tan breve esa experiencia! ¡Vio tan rápido envejecer y morir a su portadora! ¡Regresó tan raudo de nuevo a la tierra!

Después de aquello, oscuridad, silencio... Esperar y esperar.

Para siempre es demasiado tiempo, hasta para un diamante.

Aimar Rollán

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