A la hora de narrar una historia, se puede hacer de dos formas: o en primera persona, o en tercera. También se podría narrar en segunda persona, pero ese modo es tan poco usual que lo dejaremos de lado.
Vamos a ver con sencillos ejemplos las diferencias, así como los puntos fuertes de cada estilo:
Primera persona:
«Salí de mi casa aquella mañana temprano, hacía frío... Era un día como cualquier otro, pero uno nunca sabe lo que el destino le tiene deparado. Pasé al lado de aquella chica; nuestras miradas se cruzaron... Mi corazón me susurró al oído y me dijo “¡es ella!”...».