"Sólo hacen falta dos cosas para escribir: tener algo que decir, y decirlo." Oscar Wilde

domingo, 21 de febrero de 2016

Criptografía

Desde hace algún tiempo me interesa mucho la  criptografía. Consiste en cifrar un mensaje, de modo que solo tú, y aquellos que tengan la clave puedan leerlo. La historia de la criptografía es muy antigua, se dice que ya en tiempos de Julio Cesar se utilizaban mensajes cifrados.

Criptografía

La gran mayoría de las veces, se utiliza la criptografía con fines bélicos, otras con fines de seguridad informática y secretismo empresarial; las menos, se utiliza como lenguaje esotérico, en la que solo unos pocos iniciados conocen las claves para mantener una comunicación cerrada.

Tal vez la máquina más famosa de criptografía sea la Enigma, una máquina de cifrado que se utilizó en la Segunda Guerra Mundial por los alemanes, para comunicarse entre ellos sin que los Aliados pudiesen interceptar el mensaje. Al final, los Aliados dedicaron misiones exclusivamente para interceptar y apoderarse de la Enigma, siendo su descifrado una de las claves de la victoria. Asimismo, los Aliados desarrollaron la Maquina de Turing, que es la predecesora del computador moderno.


Enigma

Hoy en día está muy en boga la criptografía informática, tanto simétrica como asimétrica; es decir, en la que por un lado, conocen la clave tanto el emisor como el receptor (criptografía simétrica); y por otro lado solo la conoce el emisor (criptografía asimétrica), en la que se basan la mayoría de dominios públicos en Internet.

A mí la que más me interesa es la criptografía iniciática, esa serie de claves que permiten a un grupo comunicarse entre ellos, y que resulta ininteligible para los profanos, ajenos a su círculo íntimo.

A veces se hace criptografía entre dos personas, a nivel íntimo, dónde el más mínimo gesto o palabra, insignificante para los demás, guarda un gran simbolismo e importancia para susodichas personas. Hay una confidencialidad mutua, casi sagrada; unos lazos invisibles que unen; que tal vez para los demás pasan desapercibidos, y que tal vez esas historias mueran en el silencio; pero en nuestro corazón, esas palabras criptografiadas cobran una importancia enorme.

Con pocas personas puede hacerse criptografía íntima; sólo con los verdaderos amigos, con las personas más amadas por nuestro corazón, con los confidentes de algo importante; o con aquellas personas con las que hemos compartido algo íntimo, personal, en un círculo muy estrecho. A veces, si una de esas dos personas desapareciera, nadie más sabría jamás lo ocurrido, pues no fue un acto público, fue un acto íntimo.

Criptografía íntima

En mi vida hay varias personas con las que podría hacer criptografía, no muchas la verdad, y a algunas de ellas les he perdido la pista; tal vez no volvamos a coincidir más, o al menos en un largo tiempo, pero en nuestro corazón siempre permanecerá esa huella inmarcesible que nos hace sonreír en nuestros momentos oscuros.

A veces llegamos a pensar, que uno de esos seres especiales, con los que hemos mantenido esa relación criptográfica, nos odia o está enfadado con nosotros, pero no creo que tal cosa sea posible, pues relaciones de tal calibre solo pueden albergar el poso del amor en nuestro corazón. Nuestro corazón no está hecho para odiar... Al final, nuestro corazón hace de tamiz, quedándose solo con las cosas buenas de las personas; las malas, se quedan a nivel visceral y pronto se olvidan.

Por todo esto, solo me queda afirmar, que todas las personas de cierta importancia que pasan por nuestra vida dejan su huella en el corazón, y que al final, la única emoción que puede dejar tal estela es la del agradecimiento; agradecimiento por haber pasado por nuestras vidas y haberlas enriquecido.

Gracias.

Aimar Rollán


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