"Sólo hacen falta dos cosas para escribir: tener algo que decir, y decirlo." Oscar Wilde
Mostrando entradas con la etiqueta clásicos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta clásicos. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de junio de 2023

Reseña de Juan Salvador gaviota

Juan Salvador Gaviota es una obra literaria escrita por Richard Bach en 1970 que ha capturado la imaginación de sus lectores a lo largo de décadas. La novela corta, de extensión muy breve, es una fábula alegórica que narra la historia de una gaviota llamada Juan Salvador, quien busca desafiar las normas de su sociedad y alcanzar la excelencia en su vuelo. A través de la vida y experiencias de Juan Salvador, el autor nos invita a reflexionar sobre temas como la libertad, la auto superación y el sentido de nuestra existencia.

Juan Salvador gaviota

La trama de la novela es sencilla pero profunda. Juan Salvador es una gaviota que, a diferencia un de sus compañeras de bandada, siente una pasión intensa por volar y perfeccionar sus habilidades de vuelo. Las demás gaviotas se conforman con volar solamente para buscar alimento y sobrevivir, pero Juan Salvador anhela algo más. En su búsqueda de la perfección, este personaje principal se enfrenta a múltiples desafíos y obstáculos, incluyendo el rechazo de su comunidad y el destierro.

A lo largo de la novela, Juan Salvador se encuentra con otras gaviotas que comparten su visión y deseo de aprender. Juntos, exploran las posibilidades del vuelo y se convierten en maestros de su arte. En última instancia, Juan Salvador se transforma en un líder y guía para aquellos que desean seguir sus pasos, enseñándoles cómo alcanzar nuevas alturas y superar sus propias limitaciones.

El estilo de escritura de Bach es lírico y evocador, lo que permite al lector sumergirse en el mundo de Juan Salvador y experimentar sus emociones y descubrimientos. La novela está llena de descripciones detalladas del vuelo y el paisaje que rodea a los personajes, lo que crea una atmósfera casi mística en la que el lector puede perderse.

Uno de los aspectos más destacados de la obra es la manera en que Bach utiliza la metáfora del vuelo para abordar temas universales y atemporales. Por ejemplo, el deseo de Juan Salvador de elevarse por encima de las limitaciones impuestas por su sociedad refleja el deseo humano de superar nuestras propias limitaciones y alcanzar nuestro verdadero potencial. La historia también aborda la importancia de la autoaceptación y la perseverancia frente a los desafíos, alentando a los lectores a seguir sus propias pasiones y sueños, sin importar las dificultades que puedan encontrar en el camino.

Más allá de la trama y el estilo de escritura, Juan Salvador Gaviota es también un libro que invita a la introspección y la reflexión personal. Al seguir la vida de Juan Salvador y su búsqueda de la excelencia, los lectores pueden verse alentados a examinar sus propias vidas y considerar cómo pueden superar sus limitaciones y perseguir sus deseos más profundos.

En definitiva, nos encontramos ante una obra literaria excepcional que ha resistido la prueba del tiempo y sigue siendo relevante para las generaciones de lectores. La novela combina una narrativa cautivadora con un estilo de escritura evocador y una exploración profunda de temas universales, lo que la convierte en una lectura obligada para aquellos que buscan inspiración y crecimiento personal. A través de la vida y las experiencias de Juan Salvador, Richard Bach nos recuerda que siempre hay más por aprender y que, con determinación y esfuerzo, podemos alcanzar alturas que nunca antes habíamos imaginado.

Te dejo un enlace a una buena y muy barata edición:

https://amzn.to/3Pyw4LL




domingo, 30 de enero de 2022

La dorada medianía (Oda X de Horacio)

 El poeta latino Horacio, del siglo primero antes de Cristo, puede ser considerado como uno de los mayores poetas de la literatura universal, de influencia y transcendencia enormes, sobre todo en el Renacimiento, cuyos tópicos principales están tomados de sus obras.

Hay una oda, concretamente su Oda décima del libro segundo, que trata sobre el aurea mediocritas, la dorada medianía o "áureo punto medio". Es una oda de especial belleza y de gran sabiduría, que conviene conocer y recordar, para no desviar nuestro camino de la dorada proporción del equilibrio; de la virtud de la moderación, como dirían los estoicos; o del camino del medio, como diría Buda.

Oda X de Horacio


Vivirás mejor, Licinio, si,

cuando precavido temes las tormentas,

no navegas siempre en alta mar y tampoco te

ciñes demasiado a la peligrosa orilla.

 

Quien sigue la “aurea medianía”, vive

por una parte protegido, libre de los peligros

de un techo inseguro y por otra con sobriedad,

libre de un palacio por todos envidiado.

 

Con más frecuencia son sacudidos

por los vientos los altos pinos; se derrumban

con más estrepitosa caída las altas torres

y caen más rayos en las cumbres altas.

 

El ánimo bien templado espera en lo adverso

un cambio de fortuna, al igual que teme en

la bonanza sus reveses. Júpiter trae los inviernos

y él mismo los retira.

 

Si ahora algo va mal, no siempre será así.

Apolo no siempre está con el arco tensado,

también despierta a veces con su cítara

a las calladas Musas.

 

Muéstrate animoso y fuerte en las adversidades,

pero también, con igual prudencia, recoge

las velas hinchadas por un viento

demasiado favorable.


Horacio, Oda X, libro II


Los extremos conllevan peligros en todos los casos, y es especialmente fácil polarizarse en algo. Lo difícil es mantenerse centrado, bien sea en lo personal o en lo social. Caemos en los excesos o bien en las ideas de la tesis o de la antítesis, olvidándonos de la síntesis, allí donde mora la dorada medianía, o el punto de equilibrio.

Conviene recordar siempre esta Oda, al igual que recordar las virtudes de los estoicos o las enseñanzas de los grandes maestros de la humanidad, que siempre recomendaron moderación, sabiduría y buen corazón.

Cuando hay "tormenta" o las cosas van mal en nuestro mundo cercano o en el orbe todo, llamado Tierra, no hay que ni arrimarse demasiado a la costa ni adentrarse excesivamente en el peligroso y profundo mar abierto. En la costa hay rocas que pueden hacernos naufragar, e igualmente en alta mar hay grandes peligros escondidos. Durante estos últimos años de crisis global, he visto a demasiadas personas acercarse y estrellarse en la pérfida costa, al igual, que no menos seres, adentrarse en mar abierto creyendo hallar salvación, para perderse igualmente. Unos destrozados por los efectos secundarios de la caída a las rocas, otros devorados por los peligrosos tiburones que habitan en las profundidades del mar y de la psique. Mantente en el centro, no pierdas la dorada medianía.

"Aurea mediocritas" es la frase, o el tópico, en latín original, pero no hay que confundirla con la palabra castellana "mediocridad". De la mediocridad hay que huir como de la peste; ya tenemos demasiados mediocres pululando a nuestro alrededor, e instalados en los puestos de poder, para desgracia nuestra. No, no es de mediocridad de lo que habla Horacio, sino de moderación, prudencia y equilibrio.

Horacio y Cayo Mecenas

De esta Oda, los autores renacentistas tomaron el tópico denominado aurea mediocritas, que reflejaron en sus poemas, tales como Fray Luis de León o San Juan de la Cruz, sin olvidarnos de Garcilaso de la Vega o de Petrarca, el gran humanista italiano. Otros tópicos renacentistas fueron el carpe diem (aprovecha el momento), el beatus ille (alabanza de la vida retirada en el campo) y el locus amoenus (lugar ideal de la naturaleza, representado por la Arcadia legendaria, o todo paisaje bucólico). Tópicos todos tomados de las obras del gran poeta de Venusia, llamado Quinto Horacio Flaco. La historia de la humanidad siempre estará en deuda con él por tan grandes aportaciones, al igual que en deuda con su gran amigo Cayo Mecenas, que da nombre a la figura de aquel que apoya económicamente a los artistas, y sin cuyo sostén e influencia, el gran poeta de seguro no hubiese podido desplegar su ingenio.

Hoy en día estamos necesitados de más Horacios, de más Mecenas, de más doradas medianías... Necesitamos un nuevo Renacimiento, un nuevo despertar humanista.


Aimar Rollán

domingo, 16 de enero de 2022

La apología de Sócrates

Un excelente libro para iniciarse en la filosofía, y en la lectura de los clásicos, puede ser La apología de Sócrates, escrita por Platón, su discípulo. Es una de las pequeñas joyas apenas tiene 50 páginas en formato de bolsillo que no puede faltar en ninguna biblioteca, por su carácter histórico y por la sabiduría encerrada entre sus líneas.

Primera obra de Platón

‘Apología’ significa defensa, pero no una defensa cualquiera, sino aquella que implique la palabra (logos), ya sea de forma hablada o escrita. En este caso, Sócrates se defiende verbalmente ante sus acusadores, en el juicio celebrado en el año 399 antes de Cristo, donde 556 atenienses que formaban el jurado popular, debían deliberar sobre la suerte del célebre filósofo no tan célebre en su época.

“No sé, atenienses…” Así comienza el libro, y esa será la tónica de la filosofía de Sócrates, y la de la propia filosofía en sí: la de comenzar el camino desde el desconocimiento, que no desde la ignorancia. “Solo sé que no sé nada”, la mítica frase de Sócrates aparece aquí por primera vez reflejada. Veamos qué significa esto, pues es una de las bases de la filosofía, la de abordar toda cuestión sin prejuicios ni asentando la mente en bases ya prefijadas. "No saber", significa reconocer la limitación del conocimiento y a la vez la voluntad de investigar para llegar a saber algo más. Sócrates utilizaba dos métodos para llegar al conocimiento: la dialéctica (el diálogo de tú a tú con otras personas) y la mayéutica (la técnica de asistir en el parto de las ideas), mediante la interrogación, de tal forma que el conocimiento se iba revelando a través del diálogo.

 

Ser consciente de la propia ignorancia

es un gran paso hacia el saber.

Benjamin Disraeli

 

El ignorante afirma,

el sabio duda y reflexiona.

Asristóteles

 

Afirmar que se sabe lo que se sabe,

y que no se sabe lo que no se sabe…

Esa es la sabiduría.

Confucio

 

A pesar de su elocuente apología, o defensa, Sócrates fue condenado a muerte por asebeia (impiedad o irreverencia hacia los dioses de la ciudad) y por corromper a la juventud con sus ideas. En lugar de huir, como pudo haber hecho, afrontó su muerte con serenidad y tomó de su propia mano la copa que contenía la mortal cicuta. Tenía entonces 70 años. Corría el año 399 antes de nuestra era. Murió por sus ideas, como muchos otros harían después de él.

Este libro es un documento histórico, pero a la vez una genialidad de su autor, Platón, que estuvo presente  cuando sucedieron los hechos. El juicio no se grabó con un magnetófono ni con un taquígrafo mucho faltaba para el descubrimiento de dicha tecnología, y Platón redactó el libro varios años después, por lo que el discurso está idealizado y repensado por él, aunque se acepte que recurrió a la memoria. Es mitad socrático, mitad platónico. Es histórico, pero no un documento escrito por un historiador, sino por un filósofo; y no por un filósofo cualquiera… Esta es probablemente  la primera obra de Platón, de las que se engloban dentro de la categoría de las escritas en su juventud, que no por ello deja de ser menos sabia que las escritas en su madurez. Nos acerca como ningún otro diálogo a la figura de Sócrates.

Una vida sin examen (o reflexión), no merece la pena ser vivida”,  es otra de las inmortales frases que aparecen en este libro, y que marca el sello de la filosofía griega y de toda filosofía o medio de autoconocimiento que se precie. ¿Qué quiere decir esto? Libertad intelectual y afán de buscar la verdad. Uno no se convierte en filósofo por estudiar la carrera de Filosofía carrera que no existía en los tiempos de Platón; uno se convierte en filósofo cuando se convierte en librepensador, cuando tiene el arrojo y el valor de pensar por sí mismo, de afilar su razón y de dedicar unos minutos diarios al examen interior o a la reflexión filosófica.

 

Vivir sin filosofar es, propiamente,

tener los ojos cerrados sin tratar de abrirlos jamás.

René Descartes

 

Así, el “no saber” unido a la reflexión es el sello de la filosofía. El librepensar, el dudar, el cuestionar, el no dar valor a autoridades externas por el mero hecho de que sean autoridades, el pasar todo conocimiento por el filtro de la propia razón y el análisis, siempre dejando cierto lugar para la duda… Ese es el legado de Sócrates.

Filósofo condenado a muerte

Este mensaje no es viejo, es más, es necesario más que nunca hoy en día, ya que nuevos dioses se han apoderado de la polis (de la ciudad y del mundo). Dioses revestidos de autoridad científica, de certezas, de imposición intelectual y de restricciones de derechos y libertades. Dioses a los que no les gusta la filosofía, y mucho menos el que otros filosofen, cuestionen, duden y se salgan de los paradigmas establecidos. Dioses que no dudarán en llevar a aquel que ose pensar por sí mismo ante un tribunal, y si les es posible, porque las leyes de determinados países lo permitan, ejecutarlo en privado o en público, o por lo menos ridiculizarlo a los ojos del mundo para silenciar su voz.

Si eso os pasa, volved a leer este libro, y sabed que otros antes que vosotros ya pasaron por ahí, y que la muerte no es el final de todo; que no hay que tratar a toda costa de huir de la muerte, sino de huir del mal, que avanza mucho más rápido que la muerte esta última frase también podemos leerla en la apología, y escucharla de labios de Sócrates varios milenios después; tal es la magia de los libros.

 


Aimar Rollán

viernes, 7 de enero de 2022

1984 y Elogio de la estulticia. Recomendaciones de lectura

Un libro no acabará con la guerra

ni podrá alimentar a cien personas,

pero puede alimentar las mentes

y, a veces, cambiarlas.

Paul Auster

 

Corren tiempos convulsos, difíciles y peligrosos incluso. Se podrían decir muchas cosas al respecto, pero uno de los males de nuestra época es precisamente que uno no puede decir lo que quiere… Por eso, os recomiendo la lectura de dos libros clásicos: 1984, de George Orwell y Elogio de la locura, de Erasmo de Róterdam.

 

Libros imprescindibles

1984 fue publicada en 1949, como novela de ficción distópica, en la que su autor, el británico George Orwell, imagino que en 1984 el mundo viviría en un régimen totalitario, gobernado por un partido único, donde la policía del pensamiento y los Ministerios del Amor, de la Paz, de la Abundancia y de la Verdad, regían, con mano de hierro, los destinos de sus sumisos habitantes. En tal sociedad, conocida ahora como “sociedad orwelliana”, la vigilancia y control total de la población era algo normal el término Gran Hermano, que dio origen al popular programa de televisión, donde la vida de los participantes no tenía ningún secreto debido a que había cámaras y micrófonos por todos lados, está inspirado en esta novela, unido a la manipulación de la información y a la represión política y social.

No quiero hacer espóiler de la novela. Mi intención es recomendar fervientemente su lectura, ya que es posible que, a día de hoy, año 2022, nos estemos convirtiendo a nivel global en una “sociedad orwelliana” o en algo parecido. Por tal motivo, es importante leer y releer esta novela, para que la distopía no se haga realidad. Señalar también, como apunte, al personaje de O’Brien… No perdáis de vista a los muchos “O’Briens” que existen, esos lobos disfrazados de cordero cuya finalidad es crear una disidencia controlada.

Sociedad distópica

En cuanto a Elogio de la estulticia, mal traducida al español como Elogio de la locura, es una obra mucho más antigua, del siglo XVI, pero de capital importancia en el devenir de la humanidad. Su autor fue el gran humanista holandés Erasmo de Róterdam, cuya figura conviene recordar. Humanistas…, nos faltan humanistas hoy en día. Humanistas que pongan al hombre en el centro de todo, y que nos catapulten hacia un nuevo Renacimiento. Es necesario… 

Esta obra también catapultó y catalizó la reforma protestante, que produjo la segunda gran cisma de la iglesia católica, en parte por no aceptar la infalibilidad papal, en parte por promulgar una interpretación íntima del cristianismo, no sujeta al pensamiento único predominante hasta entonces. Hoy en día se hace necesario, igualmente, que se produzca una cisma en la religión dominante del planeta, que también empieza por “C”, pero que nada tiene que ver con Cristo, sino con la Ciencia. Religión de masas sin ser conscientes las masas de que siguen dicha religión cuya infalibilidad basada en argumentos de autoridad unida a su paradigma exclusivo y excluyente (si no se sigue la línea de su proyección o cosmovisión única) está marcando el rumbo del devenir de nuestra especie, y dirigiéndola, cual pastor, hacia un puerto carente de humanismo y de libertad. ¿Hay que abolir la Ciencia? ¡Por supuesto que no! La Ciencia es absolutamente necesaria, pero una pequeña “cisma” no le vendría mal.

Elogio de la estulticia

¿De qué trata el Elogio de la estulticia? Quizá muchos lectores no conozcan el significado de la palabra estulticia, que es un cultismo. Bien, antes de que se vean obligados a utilizar un diccionario o a consultar a San Google, ya lo aclaro: Estulticia es sinónimo de tontería, necedad, estupidez o ignorancia. Como vivimos en unos tiempos donde la gente tiene la piel de “porcelana fina” y no se pueden decir ciertas cosas, so pena de que alguien se ofenda, aprender y utilizar esta palabra puede ser algo útil, a la vez que refinado. La estulticia campa a sus anchas en esta época; en casi todas las épocas ha campado a sus anchas, hay que ser justos, pero ahora somos más personas que nunca habitando la piel del planeta, y más que nunca es poderosa su influencia. ¡Cuánta estulticia se destila, se cristaliza, se sublima y se fusiona en nuestro humano mundo! Comenzando por nuestros gobernantes y aquellos que se erigen como nuestros líderes…

En fin, que esta obra satírica, de imprescindible lectura, es una crítica social, que si bien pudiera estar inspirada en la sociedad del siglo XVI, también es válida para la sociedad del siglo XXI y para muchas otras venideras, me temo. ¿Cómo se hace patente la estulticia? A través de sus amigos y amigas:        

  • Leteo (el olvido)
  • Tryphé (la irreflexión)
  • Misoponia (la pereza)
  • Hedone (el placer)
  • Philautia (el narcisismo)
  • Kolakia (la adulación)
  • Anoia (la demencia)
  • Komos (la falta de moderación)
  • Eegretos hypnos (el sueño profundo)

Interesante, ¿verdad? No digo nada más, salvo volver a animaros a leer estas dos obras monumentales del ingenio humano.


Aimar Rollán

viernes, 20 de marzo de 2020

¿Qué libro leo? La Ilíada y la Odisea

¿Qué podemos leer en estos día de cuarentena y confinamiento? Ahora que tenemos tanto tiempo libre, la lectura es un hábito saludable y enriquecedor, y ante los millones de títulos disponibles, os iré recomendando algunos. Empezaré por los clásicos de los clásicos: la Ilíada y la Odisea.


Empezad por la Ilíada, porque es necesario en estos días de incertidumbre y temor, recuperar el valor, acompañado por los grandes héroes de antaño, que dieron forma a este poema épico, el más grande de todos los tiempos, atribuido a Homero.

La Ilíada


Para que el ánimo no se nos encoja en el pecho ante la visión del enemigo, emulemos a Aquiles, Ulises, Ayax, Diomedes, Agamenón, Menelao…, y todos aquellos esforzados guerreros que pelearon durante tanto tiempo frente a las puertas de Troya.

La vida es una batalla, una guerra; la vida es lucha… Y ahora más que nunca. Lucha contra los enemigos, los visibles y los invisibles; lucha contra nuestros miedos y mayores demonios personales; contra las saetas del día y las de la noche (las que se ven y las que no se ven, como los virus invisibles).

Peste y el miedo


La Ilíada, escrita en verso, aunque también pueden encontrarse traducciones en prosa, es poseedora de una belleza incalculable, a la vez que es la fuente de nuestra cultura occidental. Nadie muera sin haberla leído, como mínimo una vez.

Cuando superemos la crisis sanitaria, y venzamos al coronavirus, tendremos por delante otra gran tarea, la de reconstruir la economía y el estado de bienestar en el que antes vivíamos. ¡Tamaña odisea será esa! Y para entonces, que mejor que la lectura de la Odisea, para imitar al muy esforzado Ulises, que tantos infortunios y pruebas tuvo que superar para regresar al hogar patrio, en la isla de Ítaca, junto a su amada Penélope.

La Odisea

Las raíces de la cultura clásica están en estas dos obras, y a pesar de que siempre es buen momento para leerlas, por su universalidad y atemporalidad, este es un momento más que idóneo, para recuperar ese estado de ánimo noble y épico, del que fueron portadores los grandes héroes de antaño.

Mi recomendación pues es esta, sin ningún género de dudas: ¡Leed la Ilíada y la Odisea! No os defraudaran.


Aimar Rollán

lunes, 21 de diciembre de 2015

Cuento de Navidad, de Dickens

Cuento de Navidad, también conocida como Canción de Navidad, o Villancico de Navidad, es una de las novelas más famosas de Charles Dickens, y puede ser considerada como un clásico de la literatura universal.


Es una novela corta (no llega a 30000 palabras) que se lee en apenas dos horas, pero es uno de los «grandes» de la literatura, escrita por la pluma de un «gigante», Charles Dickens, el escritor inglés por antonomasia del siglo XIX.

Canción de Navidad

Casi todo el mundo conoce esta obra, aunque sea de oídas, o de haberla leído en el colegio en su versión para niños, como cuento de fantasmas. Pero no, a pesar de que haya versiones para niños, este no es un cuento para niños. Es una obra profunda, metafórica y atemporal.

domingo, 13 de diciembre de 2015

El señor de los Anillos y su trasfondo

El Señor de los Anillos no es un mero libro de fantasía, es un clásico de la literatura en toda regla, por los valores universales que representa su historia.


Quizá no todos los lectores lo saben, pero sí todos los escritores, que aun las historias más ficticias están basadas en una realidad. Hobbits, elfos, enanos, trolls, magia... Eso es tal vez la idea que tiene el público sobre esta obra, e ignoran que en su trasfondo se esconde un profundo mensaje cristiano y la experiencia de su autor en la Primera Guerra Mundial.

El señor de los Anillos

 J.R.R. Tolkien, su autor, el creador no solo de la novela, sino de toda un universo a su alrededor (Arda: la Tierra Media), incluyendo un idioma propio (el élfico) y toda una mitología asociada, dedicó gran parte de su vida a la creación de su obra maestra.

domingo, 22 de noviembre de 2015

La narración escrita más antigua de la historia

Hasta la fecha, la narración escrita más antigua de la que se tiene conocimiento es La Epopeya de Gilgamesh, un texto sumerio del tercer milenio antes de Cristo. Fue escrito en lenguaje cuneiforme sobre tablillas de arcilla, y nos narra las aventuras del rey Gilgamesh en su búsqueda de la inmortalidad.

 

Epopeya de Gilgamesh

El poema consta de unas 3500 versos aproximadamente, repartidos en 12 tablillas que se descubrieron, para gracia de la cultura, en las ruinas de Nínive, en el siglo XIX. Hay algunos fragmentos perdidos, y a veces cuesta seguir el hilo de la narración, pero resulta un texto de lo más recomendable para ser leído, por varios motivos:

martes, 30 de junio de 2015

La Tragedia Griega

La tragedia es uno de los primeros géneros literarios que se conocen. Surgió en Grecia hace más de 2500 años, y ha transcendido hasta nuestros días con una vigencia atemporal.


La tragedia es un subgénero del drama, junto con la comedia, aunque hoy en día los significados originales de drama y tragedia se han tergiversado, y lo que entiende la gente sobre ello se podría resumir con un chiste malo:

«Un matrimonio va caminando por la orilla del mar... De pronto una enorme ola los golpea y arrastra a la mujer mar adentro... Ahí empieza el drama. La tragedia empieza cuando el mar la devuelve sana y salva».

Tragedia griega

domingo, 7 de junio de 2015

Hamlet, obra magistral de un genio

La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, o simplemente Hamlet a secas, es considerada por muchos la mejor obra de William Shakespeare.

 

Para mí esta obra, muy conocida (por lo menos el nombre), muy traducida y muy representada en todo tipo de medios, es un clásico atemporal de la literatura cuya tragedia se ha convertido un un potente arquetipo del género humano.

Tal vez su escena más conocida es la de Hamlet hablando con una calavera y preguntándose: «Ser o no ser... Esa es la cuestión». Mucha gente, más allá de eso, es probable que no conozca mucho más de esta obra, y es una pena, porque el texto es genial; todo es pura poesía, escrito en una prosa sublime y con un desarrollo de los personajes excelente. No en vano Shakespeare es uno de los grandes de la literatura universal.

Os dejo con uno de mis fragmentos favoritos, y os animo a leer la obra, que nunca pasará de moda.

Hamlet, príncipe de Dinamarca